y la cotidianidad te aburra,
no te conformes,
no lo aceptes.
Baila con el giro.
Cuando ya no te seduzca lo de siempre,
deshazte de esa palabra.
Saluda a lo de hoy,
y a lo de mañana,
y asegúrate de que cada día,
sea un capítulo diferente de tu vida.
Cuando tu alrededor
te perfore las heridas
con los recuerdos,
sonríe y ciérralas del todo.
Porque si pudiéramos retroceder,
no avanzaríamos.
Cuando sientas que el riesgo
es un peligro,
juega.
Pero sobre todo juégatela.
Aprende a fluir con la posibilidad,
a ser consciente de tus errores,
para no volver a cometerlos,
y ábrele la puerta a la metamorfosis.
Porque aunque Kafka
reflejó esa palabra
en una cucaracha,
tú solo vas a liberar tus alas.
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No es necesario decir todo lo que se piensa, lo que si es necesario es pensar todo lo que se dice.