sábado, 14 de enero de 2017

Maniquimeras

Mi cuerpo ya no es mío.
Es de las miradas
Envenenadas por los prejuicios.
Es de las categorías,
De las tallas,
De la lucha por llegar del primer agujero del cinturón al último.
De un cinturón que aprieta,
Que hace de soga en mi cuello.
De los centímetros que sobran
Para separar un muslo de otro.

Mi cuerpo ya no es mío.
Es de las comparaciones,
Es del miedo,
De los patrones,
Es frágil.
Es de la sucia sociedad 
Y de sus condiciones.
De A o B, pero de C ya no.
De los cánones,
De las masas,
De los que insisten en unificar
Y tipificar
Y prostituir la belleza.

A mi cuerpo lo fusilaron 
Los mismos que lo criticaron,
Porque no era como a ellos les gusta.
Porque así podían hacerlo un poco suyo.
Lo fusilaron porque no era del bando correcto.
Y estos son los restos.